Con la baja de Johannesson con su selección, Anquela no tuvo más remedio que retocar su once titular en el Nou Estadi. Cambió el once y cambió el esquema, formando de nuevo con defensa de cuatro en la primera mitad y con Forlín por delante de la zaga.
Los primeros acercamientos del Real Oviedo llegaron de botas de Aarón, primero con un disparo tras buena pared con Saúl, y después con un chut que Dimitrievski atrapó en dos tiempos. Linares tuvo la suya, en un remate forzado entre tres defensores del conjunto catalán, y en una jugada de ataque el colegiado decretó penalty sobre Carlos Hernández. Lo lanzó Saúl Berjón desde los once metros, y lo falló. Ramón Folch volvió a tener una ocasión clara, en un remate de cabeza, que se marchó desviado por poco, y llegaba entonces el penalty a favor del Nàstic de Tarragona, que se convertía en el primer gol del partido. El Real Oviedo aguantó hasta el descanso, y en la segunda mitad todo cambió.
Con un cambio en el sistema volviendo a la defensa con tres centrales y más libertad en ataque para Mossa y Cotugno, llegó la mejor versión oviedista. En las dos primeras jugadas, dos ocasiones claras en sendos centros de Mossa para remate de Linares. Dimitrievski paró un buen remate de Linares, y envió a córner. El Real Oviedo acorralaba al conjunto local hasta lograr el empate. Sería Carlos Hernández, en lanzamiento de córner lanzado entre Saúl Berjón y Aarón Ñíguez, quien puso el uno a uno. El Nàstic se buscó el segundo, pero finalmente el premio fue para el Real Oviedo, en forma de nuevo de penalty cometido sobre Mossa que transformó Aarón en el uno a dos definitivo, ya en tiempo añadido.
Tres puntos fundamentales lejos del Carlos Tartiere para seguir creciendo desde el trabajo.