Ocho puntos de los últimos doce posibles, y con el objetivo de mejorar. El Real Oviedo logró sumar en el siempre complicado Montilivi, manteniendo la portería a cero ante el Girona, prolongando la racha de cuatro semanas consecutivas sin conocer la derrota.
Con un solo cambio en el once, obligado por la lesión de Héctor Verdés, el conjunto oviedista había estudiado bien el complicado sistema de juego de su rival, y Fernando Hierro apostó por la continuidad. Los primeros minutos estuvieron condicionados ya por las primeras tarjetas amarillas, mostradas por el gallego Pérez Pallas, y un par de acercamientos por cada equipo, con un disparo de Michu desde la frontal, suponiendo la oportunidad más clara, pero el remate se marchó alto. Minutos más tarde Linares asistía a Toché, poniendo un balón al corazón del área, que el murciano remataba desviado. Juan Carlos tuvo que emplearse a fondo para enviar a córner el lanzamiento a balón parado de los locales, ajustado al palo derecho, que el meta oviedista despejó a saque de esquina.
En la segunda mitad el guión continuó siendo el mismo, y Fernando Hierro tardó unos minutos en mover banquillo. Los suficientes para que Linares dispusiera de la oportunidad más clara para el Real Oviedo, en balón largo que el ariete trató de picar desde la izquierda, pero muy forzado, y se marchó fuera. De nuevo apareció Juan Carlos para atrapar, sin complicaciones, un nuevo lanzamiento a balón parado del Girona, donde el equipo local buscaba sus mejores ocasiones, sin acierto. Susaeta, Edu Bedia y Nando entraron desde el banquillo, y los últimos minutos fueron de impecable trabajo defensivo para un Real Oviedo que sumó un punto gracias al esfuerzo y el oficio.
El equipo regresará a Asturias mañana, y regresará a los entrenamientos el próximo lunes desde las 17:00 horas, en El Requexón.
