El Real Oviedo volvió a ganar y lo hizo ante su gente. Más de dos mil oviedistas tiñeron Lugo de azul y empujaron para que los tres puntos regresaran a Oviedo.
Anquela apostó por un cambio de sistema con dos modificaciones en el once. Mossa se quedó en el banquillo en una defensa de cuatro en la que el resto fueron los habituales, y Mariga regresó al centro del campo junto a Rocha. Así comenzó un encuentro en el que el Real Oviedo mantuvo su seriedad durante todo el partido. El primer acercamiento fue en lanzamiento de falta, con remate de Fabbrini para terminar jugada, que se marchó alta. Saúl probó suerte minutos más tarde, con un disparo cruzado desde la izquierda. El Lugo no logró hacerse con el control del balón, y el Real Oviedo, aunque con acercamientos, no logró crear demasiado peligro.
En la segunda el conjunto oviedista puso una marcha más para ir a por el partido, pero la primera intervención fue de Alfonso, con un paradón para enviar a córner un disparo de Fede Vico en el área. El equipo de Anquela respondió con una buena ocasión, que remató Toché pero muy forzado en el segundo palo, tras sacar rápido una falta y peinarla Christian. Fabbrini tuvo la siguiente, en un remate tras contra oviedista, que despejó el portero local. Kravets fue expulsado por doble amarilla tras una dura entrada sobre Cotugno, y el Real Oviedo se quedó con uno más con veinte minutos por delante. Anquela le dió entrada a Johannesson, y Toché remató de nuevo forzado un centro de Saúl, desde la izquierda. Mossa entraba desde el banquillo para refrescar el ataque, y en el 81 llegó el gol. Una jugada en la que Johanneson se vio solo ante la portería lucense, tras un centro de Aarón que terminó con Toché derribado en el área, y sentenció con el cero a uno que le daría la victoria al conjunto oviedista.
El equipo regresa a Oviedo para renudar los entrenamientos mañana, desde las 10:30 horas, en El Requexón.