LOS ORÍGENES (1900-1926)
A finales del siglo XIX en Oviedo ya se tenía constancia de la existencia de un deporte llamado foot-ball. En unos tiempos en los que comenzaba a preocupar lo que se conocía como el culto al cuerpo, en el ámbito universitario se tenían las primeras referencias de este nuevo deporte a través de las influencias de la Institución Libre de Enseñanza. No en vano diversos profesores de la Universidad de Oviedo como Adolfo Álvarez-Buylla, Aniceto Sela y Adolfo González Posada fueron pioneros en nuestro país en el ámbito deportivo, estando presentes en el congreso celebrado en París en 1894 donde nació el olimpismo moderno.
Pero no sería hasta los primeros años del XX cuando se comenzase a practicar con cierta asiduidad. Y sería, principalmente, gracias a los estudiantes de las clases más acomodadas quienes, tras cursar sus estudios en colegios de las islas Británicas, donde descubrieron la que para ellos era novedosa actividad deportiva, la siguieron practicando a su regreso dándola a conocer.Así pues, con la iniciativa de figuras como Pedro Rubín, Santiago de la Riva y otros, en 1903 ya existía un equipo que bajo la denominación de Oviedo Foot-ball Club disputaba partidos en la zona del campo de maniobras, así como en diversos puntos de la geografía asturiana, midiendo sus fuerzas con otros conjuntos pioneros de otras localidades.
Siendo asombrosamente rápida la integración social y el arraigo que tendría el fútbol, pronto surgieron multitud de equipos por las distintas zonas de la ciudad de Oviedo, destacando de entre todos ellos desde poco tiempo después de su nacimiento allá por 1914, el Real Stadium Club Ovetense, que se convertiría en el equipo referencia de la capital asturiana en aquellos años en los que se empezaba a regular la práctica de este deporte con la creación de las federaciones regionales y los campeonatos que estas organizaban. Jugaba al principio en el campo del Hospicio y poco después en el de Llamaquique y lucía unas vistosas camisetas de franjas verticales azules y amarillas.
Con la aparición en 1919 —producto de una escisión del Stadium— del Deportivo Ovetense (uniformado con camisetas de rayas verticales azules y blancas y que disputaría sus encuentros en un nuevo campo, el de Teatinos, mucho más apto y confortable, reflejo de su mayor potencial económico), los dos equipos de la capital se enzarzarían en sus enfrentamientos directos, que en ocasiones terminaban con disturbios que incluso obligaban a suspender los encuentros, fiel reflejo de la dura rivalidad existente entre ellos que superaba lo deportivo. Y es que mientras el Stadium era el equipo de las clases populares (mucho más modesto pero con mayor seguimiento social), el Deportivo era considerado el equipo de las clases sociales pudientes (mucho más poderoso en recursos, se permitía lujos como el de realizar fichajes de renombre, como el de J.L. Zabala, que sería el primer futbolista que, aportado por un equipo ovetense, alcanzase el entorchado internacional con España). Pero pese a ello, los stadiumnistas, con el legendario portero Óscar Álvarez (reserva del mítico Ricardo Zamora en la selección) al frente, casi siempre salían victoriosos en sus duelos directos.
La posibilidad de fusionar ambos conjuntos flotaba en el ambiente buscando, uniendo fuerzas, crear un equipo capaz de dominar a nivel regional para poder disputar el único torneo nacional existente, el Campeonato de España (la Copa del Rey), si bien se enfrió al lograr el Stadium (que se había trasladado a un nuevo campo llamado Vetusta) proclamarse por fin campeón de Asturias en la temporada 1924/25. Este logro fue algo excepcional y, con la creación del Campeonato Nacional de Liga en el horizonte, la fusión volvió a plantearse con más fuerza.