Oviedo respiraba fútbol desde el despertar. Y el Carlos Tartiere no quiso fallarle a su equipo, para volver a animar, y a disfrutar.
Con cambios en el once, la vuelta de Samu Obeng a la punta de ataque junto a Borja Bastón, Sangalli en derecha, Viti en izquierda y David Costas de regreso al centro de la zaga, el equipo se enfrentaba a un Mirandés con la tranquilidad y frescura en el juego de quien llega con los deberes hechos. Primeros minutos y primeros avisos de los oviedistas, con una muy clara de Sangalli, y otra que ya se celebraba de Obeng que salió derrotado en un mano a mano ante el portero. Pudo resarcirse en la siguiente, y firmó el mismo Obeng el primer gol del partido. Durante unos minutos la posesión fue del Mirandés, sin demasiados apuros para los oviedistas. Ocasión para Javi Mier, y al descanso con ventaja por la mínima.
Ya en la segunda volvió a tener más empuje, llegada y pegada el Real Oviedo y el VAR intervino para decretar un penalty sobre Marco Sangalli que Borja Bastón convirtió en el 2-0. Joni Montiel anotó el tercero y definitivo tras una contra de manual que rubricó con una tremenda sangre fria.
El Tartiere volvió a vibrar con su equipo y dió un paso más hacia el objetivo final.