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PRIMER EQUIPO

Teníamos que seguir

En un partido que sirvió para homenajear a Francesc Arnau, los azules empataron con gol de Tejera ante el Mirandés

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De esos días en los que el fútbol se convierte en la cosa más importante de las menos importantes. Eso fue la jornada 41 de LaLiga Smartbank para el Real Oviedo, la última del curso en el NMR Carlos Tartiere, que enfrentó a los azules y al CD Mirandés, en un encuentro que acabó con el marcador de 1-1.

Con dolor, consternación y duelo, pero con la obligación moral de cerrar la temporada como locales honrando la memoria de Francesc Arnau y representando de la manera que se merece el escudo, afrontaron los de la capital del Principado el choque ante el conjunto burgalés. Después de un emotivo minuto de silencio los azules, con un once formado por Femenías; Juanjo Nieto, Arribas, Bolaño, Mossa; Sangalli, Edgar, Tejera, Borja Sánchez; Nahuel y Rodri Ríos, midieron sus fuerzas con el equipo de José Alberto López. 

La primera mitad comenzó con el tempranero tanto oviedista, obra de Tejera, que desde la frontal enganchó un balón al palo largo de la portería defendida por el ex oviedista Limones. Todo el equipo, unido en una piña, brindó la dedicatoria del gol al cielo, con unos guantes de portero para recordar al catalán. Los azules llevaban el peso del partido, siendo los dueños de la pelota y buscando superar líneas para alcanzar la meta rojilla. El Mirandés se rearmó y acabó el primer acto buscando el tanto del empate, ante un Real Oviedo muy serio en defensa, que contrarrestó las acometidas visitantes sin contratiempos.

Tras el paso por vestuarios, los de José Alberto López pusieron el empate. Con el marcador igualado serían los visitantes los que generarían peligro sobre el arco defendido por Femenías, que se empleó en varias ocasiones para mantener el marcador sin cambios. Ziganda movió el banquillo, dando entrada primero a Borja Valle, Obeng y Jimmy, después a Blanco Leschuk y por último a Viti. Las dos más claras del segundo acto fueron obra de Borja Sánchez y Marco Sangalli, que no gozaron del acierto necesario para poner el tanto de la victoria y dejar los tres puntos en Oviedo.

Un punto para los azules que, más que aumentar la puntuación en el casillero, sirve para homenajear a una persona buena, cercana, entregada, compañera, que llegó al Real Oviedo cargado de ilusión y ganas de trabajar, y que se ha ido muy pronto, dejando un gran vacío en el oviedismo.