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SIN CARLOS TARTIERE (1950 - 1958)

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Diecisiete años después del ascenso y tras una continuada estancia desde entonces en 1.ª División (trece temporadas sólo interrumpidas por la Guerra Civil y el año de dispensa), al término de la campaña 1949/50 los azules iban a ocupar plaza de descenso, si bien una reestructuración de la categoría les iba a brindar la posibilidad de mantenerse en la máxima categoría vía promoción a disputar con el Real Murcia, oportunidad perdida pues el 2 de julio de 1950, en eliminatoria a partido único disputada en Madrid, los pimentoneros derrotaron a los azules por 2-0 certificando el descenso de estos últimos a 2.ª División.

Era el fin de una era de gran brillantez para los azules, que se iba a ver acompañada a las pocas fechas (el 31 de ese mismo mes de julio) por una noticia trágica: el fallecimiento de Carlos Tartiere, el único presidente que había tenido la entidad, que durante los veinticuatro años de su mandato había logrado situar al Real Oviedo en la elite del fútbol nacional.

Sin Carlos Tartiere llegarían tiempos de vacas flacas. Sin su mecenazgo las estrecheces económicas obligarían al club a tener que desprenderse de los jugadores apetecibles para otros conjuntos, disminuyendo el potencial de un equipo que pasaría a ser lo que se conoce como un equipo ascensor, siempre en la zona alta de 2.ª División peleando por el ascenso pero al que le costaba mucho mantenerse en la máxima categoría cuando la alcanzaba. En los primeros años sin Carlos Tartiere los azules obtuvieron dos ascensos y participaron sin éxito en dos fases de promoción de ascenso, mientras en 1.ª División únicamente en una temporada iban a lograr la permanencia.

Una de las consecuencias de las penurias económicas iba a ser la venta del estadio de Buenavista al Ayuntamiento de Oviedo en 1954, estadio que desde 1958 pasaría a llevar el nombre de Carlos Tartiere, como homenaje a quien había presidido la entidad durante su época más gloriosa.