A lo largo de los casi 100 años de coexistencia del Atlético de Madrid y el Real Oviedo, son numerosos los jugadores que han vestido las camisetas de ambos equipos, empezando por Pololo (un asturiano que destacó en las filas colchoneras en los años 20 del pasado siglo, que llegó a ser internacional con España y que después tuvo un breve paso por el Real Oviedo) y terminando por Borja Bastón (promesa de la cantera atlética, que tuvo un desgraciado debut con el primer equipo a los 17 años al sufrir una grave lesión y que, ahora, defiende con éxito la elástica oviedista).
A Pololo le sucedieron otros como Abdón, Pena, Domingo o Basabe, antes de que en la década de los 50 se produjesen varios intercambios que llevaron a un puñado de futbolistas a enfundarse ambas camisetas. Cuando el conjunto carbayón logró su segundo ascenso a Primera División en 1952, fueron determinantes los cuatro atléticos que se incorporaron de golpe a las filas del conjunto azul: Antonio Durán, Agustín, Miguel y Callejo, los tres últimos en calidad de cedidos; y alguno de ellos alcanzaría a su regreso al club madrileño la categoría de figura. Y cuando poco después, desde la capital de España urgió incorporar algún elemento para cubrir algún puesto específico, Argila, Toni o Alvarito hicieron el camino inverso cedidos por el Real Oviedo (Alvarito se quedaría).
La relación se hace más extensa a medida que avanzamos en el calendario, con nombres como Hernández, Gasca, Loma, Paco Galán, Javi García… o los más contemporáneos Carlos, Antonio Rivas, Pirri, Juan González, Armando, Carreras, Esteban, Adrián, Dani Aquino o Carlos Isaac. Incluso hay temporadas en las que coinciden varios, como la 2000-01, en la que llegan a juntarse en la plantilla azul Tomić, Ivo, Gaspar Gálvez y Paunović, todos con pasado atlético en aquel momento.
Unos pasaron directamente del rojiblanco al azul o viceversa, ya fuese mediante una cesión temporal o un traspaso. Otros militaron en equipos intermedios. Unos tuvieron una trayectoria más o menos extensa y/o exitosa en alguno de los dos conjuntos, en ambos o en ninguno. Pero todos saben lo que es defender las camisetas de los primeros equipos de ambas instituciones.
Y no faltan quienes, por ejemplo, llegaron al conjunto azul procedentes de la casa atlética, en la que solo les faltó el último paso de alcanzar el primer equipo, como pueden ser Cárdeno o Tomás González. Ni tampoco faltan quienes pertenecieron por contrato a ambos conjuntos, si bien con uno no llegaron a debutar en partido oficial, casos de Aramburu —que no lo hizo con los asturianos— o de Jacquet con los madrileños.
Si nos fijamos en los banquillos, encontramos también varios entrenadores que lo han sido de ambos equipos. El primero, toda una institución en el fútbol español de hace un siglo: Míster Pentland. Este inglés famoso por los puros que fumaba y por su inseparable bombín, que triunfó sobremanera dirigiendo al Athletic Club de Bilbao, también estuvo al frente tanto del entonces Athletic de Madrid como del Real Oviedo. Y como él, Domingo Balmanya, Sabino Barinaga, Vicente Miera, José Luis Romero o Radomir Antić.
No podemos olvidar a Antonio Rivas, que además de haber jugado en ambos equipos, entrenó al primer equipo oviedista y al segundo del Atlético de Madrid.
Y es que para el final, como colofón, hemos dejado al Sabio, al inolvidable Luis Aragonés. Él sí podría decir que defendió en el campo las camisetas de ambos equipos y que a ambos los dirigió desde el banquillo como entrenador, formando, en mayor o menor medida, parte imborrable de ambas entidades. La foto que ilustra este texto muestra a Luis Aragonés en su etapa de jugador del Real Oviedo.
Consejo de Historia del Real Oviedo