Orgullosos de los nuestros. El Real Oviedo cae derrotado por dos goles a cero ante el RCD Espanyol en Barcelona y se queda sin el ascenso en una temporada de ilusión donde el equipo lo dio todo y peleó hasta el final por el sueño de regresar a la máxima categoría del fútbol español.
La ventaja de la ida hizo que los locales saliesen con todo desde el pitido inicial en busca de un gol con el que meterse de lleno en la eliminatoria. Tras un primer periodo de acercamientos del cuadro catalán, y en el que el combinado carbayón trataba de mantener su meta a cero, Puado abrió la lata en el 44.
El delantero del Espanyol aprovechó un córner a favor para librarse de la marca de Seoane y rematar en el área pequeña ante un Leo Román que nada pudo hacer. 1-0 e inyección de moral para los de Barcelona que hicieron sangre con un segundo tanto antes del descanso. En el descuento del primer periodo, otra vez Puado fue el encargado de perforar la meta ovetense y duplicar la ventaja perica. 2-0 y jarro de agua fría para un Real Oviedo que se marchaba al descanso necesitando un gol con el que forzar la prórroga.
Tras el paso por vestuarios, Luis Carrión movió el banquillo e introdujo dos cambios. Abel Bretones y Borja Sánchez entraron al terreno de juego para cambiar las cosas y el Real Oviedo salió con una marcha más en la segunda mitad. Los carbayones buscaron el gol ante un Espanyol que trató se aguantar su ventaja y hacer daño a los asturianos a través del contraataque.
En el 63', Carrión metió más efectivos al campo y Santi Cazorla y Masca completaban el ataque. El portugués tuvo una de las más claras para los ovetenses de la segunda parte aunque el ariete no llegó por poco a un buen centro de Abel Bretones desde la izquierda. Ya con Borja Bastón sobre el césped para los últimos 15 minutos, el Real Oviedo reclamó penalti por un agarrón de Cabrera sobre el "9". Pese a ello, Cordero Vega no señaló nada y el 2-0 continuaba reinando en el marcador.
Ya en el descuento, y tras un remate de Borja Sánchez que no atrapó el portero, Bastón tuvo la ocasión por la que todo el oviedismo rezaba aunque su remate fue desviado a saque de esquina por Joan García. Con esta última acción el partido tocaba a su fin y el sueño de regresar a Primera División se esfumaba.
Orgullo, cabeza alta y nada que reprochar a un equipo con el que el oviedismo volvió a creer y a ilusionarse. Ahora toca levantarse, recargar pilas y afrontar con optimismo y ganas lo que está por venir.